«LOS MÉDICOS Y EL MATRIMONIO» Dr. J.C.Gimenez

Algunos médicos casados (no todos) tienen una “amante”: la Medicina. Para poder superar esa situación, es mejor que la esposa y la amante se hagan amigas. Sólo lo logran los matrimonios entre médicos. Toda relación personal seria, y “crónica”, es difícil. Que un matrimonio sea entre médicos no lo hace necesariamente más fácil. Como en otras situaciones humanas particulares hay ciertas ventajas y desventajas. 

Para el mejor ejercicio de la profesión, tanto un médico o una médica tiene que estar en pareja con:

                                               VENTAJAS

Un estudio encontró que los hombres que se casaron al iniciar sus estudios médicos, eran menos proclives a desaprobar o desanimarse que estudiantes no casados. 

Médicas residentes también reportaron beneficios del matrimonio, incluyendo un sentido de seguridad emocional e intimidad. 

Una ventaja importante es compartir un oficio apasionante que siempre da motivos de conversación. 

Es más frecuente que un matrimonio constituido por médicos, concurran juntos a las jornadas y/o congresos científicos.

Un cónyuge colega entiende al otro mucho mejor en lo que respecta a las consecuencias de la profesión en su vida familiar y social y su exposición al estrés laboral.

La profesión médica invade la vida social y familiar. Hay más posibilidades de comprensión y entendimiento de los temas que involucran al trabajo y la familia.

Un médico tiene mucha presión en el trabajo. Trabaja muchas horas, se siente emocional y físicamente agotado y no tienen la flexibilidad para tomar días por enfermedad o ausentarse por cualquier otra cosa. Un esposo/a colega lo entiende mucho mejor de quien no es.

                               DESVENTAJAS

Ocuparse cotidianamente de problemas absorbentes que a veces no dan lugar a otro tipo de conversación. 

Los hijos y amigos pueden quejarse en un momento oportuno las reuniones cuando sólo se habla de medicina. 

La queja primaria de sus parejas en conflicto fue que sus cónyuges no conversaban el tiempo suficiente con ellos. 

El tiempo compartido como pareja, puede escasear peligrosamente. Hay una imagen que han usado algunos escritores: el encuentro de una pareja de médicos puede parecer  a “barcos que se cruzan en la noche”. 

Alguno de los cónyuges suele consultar por crisis de la sexualidad de la pareja, quejándose de la fatiga de su esposo/a y la falta de tiempo para ambos.

Puede haber riesgo de competitividad. La presión en ambos lados puede ser demasiada para algunas parejas. Y la gratificación a tan largo plazo puede ser agotadora y a veces puede crear sentimientos de desesperanza.

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