INTRODUCCIÓN: La Medicina es una ciencia inexacta en la que inciden múltiples factores que pueden truncar el fin que se persigue; un fin que jamás podrá ser garantizado, máxime cuando no todos los pacientes reaccionan de igual manera ante los tratamientos, lo que puede concluir en una judicialización sanitaria. Se dice que Medicina es la ciencia y el arte de curar, por eso se debe estudiar como ciencia y ser ejercida como arte. También el arte para saber evitar un juicio de mala praxis.
HISTORIA: La relación médico-paciente de antaño se basaba en la confianza, porque el paciente veía en el médico una persona especial, plena de conocimientos y de virtudes, dotada de grandes cualidades humanas, que justificaban ampliamente la gran confianza que en él depositaba. El paciente contemplaba al médico en un plano superior al suyo propio, y lo colocaba así en una situación de privilegio. El médico adoptaba una posición paternalista, y se creaba entre ambos una relación interpersonal de características muy especiales. No obstante, en los albores de la Medicina cuando transcurría el siglo XVII a/C ya existía el Código de Hammurabi, donde se relataba que “si un médico trataba a un hombre libre de una herida grave con la lanceta de bronce y hacía morir al hombre, se le cortaban las manos”). En esta época el verticalismo hipocrático cedió ante el horizontalismo de una Medicina gerenciada, que ha retrocedido como profesión, debido en parte a una ascendente reivindicación de derechos, a una excesiva regulación en el cumplimiento de los deberes y al excesivo culto a las tecnologías.
MEDICINA CONTEMPORÁNEA: Esta forma tradicional de ejercer la medicina tuvo que cambiar al ritmo que lo hicieron las distintas estructuras sociales y actualmente, la relación médico-paciente ya no asienta primariamente sobre una confianza íntima y personal, sino que la ayuda médica se convierte en un servicio contratado en el cual las dos partes suelen buscar ante todo su particular ventaja. Asistimos a la deshumanización del ejercicio médico, a la pérdida de esa atmósfera de confianza que otrora presidía las relaciones médico-paciente. Los pacientes han pasado a ser asegurados, consumidores de asistencias, pacientes impacientes, clientes, usuarios… por lo que se ha perdido gran parte de la esencia por la cual se elige la profesión. Es la consecuencia de la llamada “socialización de la medicina”. De acuerdo con la normativa legal, de general aplicación, el médico está obligado a prever lo previsible y evitar lo evitable, hasta el punto en el que las posibles complicaciones puedan ser previsibles a través de su actuar diligente, pero nadie puede pedir responsabilidades al profesional de la medicina por aquellas complicaciones imprevisibles que pudieran alterar el curso de una intervención, cualquiera que fuese el desenlace de estas posibles complicaciones.
EL EJERCICIO PROFESIONAL IMPONE AL MÉDICO UNA ESPECIAL DILIGENCIA: atención de la salud y en última instancia la vida de una persona, la que dependerá de su actuación y por consiguiente, las consecuencias de su posible error culpable difícilmente puedan encontrar reparación a través de una compensación económica. Pero las continuas dificultades, los no muy altos emolumentos en relación con las horas de trabajo, la tensión del entorno, las dosis crecientes de agresividad en el ambiente, las difíciles relaciones interpersonales que trae consigo nuestra sociedad actual, que se perciben con más fuerza de la deseable en el interior de los centros hospitalarios, añadidos al escaso respeto que viene mostrando nuestra sociedad hacia el profesional de la medicina y al creciente aumento de demandas presentadas por los pacientes, suman demasiados obstáculos. Además, el indudable progreso de la medicina actual deja sentir su favorable influencia en el hombre de nuestra sociedad que, debido a ello, crea grandes expectativas de longevidad. Y puede llegar a confundir el derecho a la salud con el derecho a la vida, olvidándose de la fragilidad de la propia naturaleza humana. El concepto de judicializar consiste en llevar por la vía judicial un asunto que podría conducirse por otra vía.
CONDICIONANTES DE LA JUDICIALIZACIÓN DE LA MEDICINA
Entre las causas que explican el aumento que se ha observado en los últimos años de judicialización de la medicina son mencionadas las expectativas insatisfechas del paciente, donde por lo general, la comunidad no reconoce las limitaciones de la medicina y desconoce que frecuentemente los procedimientos médicos llevan morbimortalidad asociada.
Incluso, muchas veces los médicos subestiman estos riesgos y asociándose a lo anunciado en los medios masivos de comunicación, prometen resultados sin asegurarse de que los pacientes accedan a los procedimientos con un claro conocimiento de los riesgos y beneficios.
– LIMITACIÓN DE LOS RECURSOS SANITARIOS: Un condicionante importante para judicializar la salud es la situación que se observa sobre todo en el sistema público, donde los recursos constituyen un elemento esencial para discriminar entre la responsabilidad personal y la responsabilidad institucional. Cuando la información médica es incompletamente o inadecuadamente procesada se convierte en un condicionante de la judicialización profesional.
– COMUNICACIÓN DE LOS MEDIOS MASIVOS: Debido al auge tecnológico los medios masivos de comunicación frecuentemente muestran los avances de la medicina, los que el público internaliza y luego exige tecnología de punta en cualquier localidad del país, sin tomar en cuenta el contexto en que estos avances se están dando, lo que produce una colisión entre la expectativa creada por el paciente y la oferta real ofrecida por el profesional médico, por la falta de información adecuada. Provoca además que la información sea incompletamente o inadecuadamente procesada.
– COMUNICACIÓN MÉDICO-PACIENTE: Hay veces que la comunicación es inadecuada o insuficiente. Ocurre en ocasiones donde el médico habla poco o sencillamente no habla con el paciente, o le explica en términos muy técnicos qué es su enfermedad, sus riesgos y pronóstico.
Otras veces omite informar qué sucedió con un tratamiento o intervención quirúrgica a pacientes o familiares, o bien les explica en un lenguaje científico incomprensible. Por eso, no es de extrañar que los familiares soliciten explicaciones a otras personas o profesionales cercanos o distantes del equipo médico, generando una cadena de información distorsionada y expectativas distintas a la reales, que además desacreditará el papel del médico como vocero directo del equipo de salud.
Los médicos deben ser capaces de oír a los pacientes y a sus familias, y de entablar una relación horizontal con ellos, para comprender lo que motiva su angustia y orientar mejor su quehacer.
Además, el médico debe ajustarse a los recursos disponibles, ya que si hay especialistas disponibles, es inexcusable no consultarlos.
-EXPECTATIVAS INSATISFECHAS DEL PACIENTE: por lo general, la comunidad no reconoce las limitaciones de la medicina y desconoce que frecuentemente los procedimientos médicos llevan morbimortalidad asociada. Incluso, muchas veces los médicos subestiman estos riesgos y prometen resultados sin asegurarse de que los pacientes accedan a los procedimientos con un claro conocimiento de los riesgos y beneficios.
-CONSTANTE DISMINUCIÓN DEL RESPETO HACIA EL MÉDICO POR PARTE DE LA COMUNIDAD.
-DESPERSONALIZACIÓN DE LA ATENCIÓN MÉDICA.
-DEFICIENCIA EN LA FORMACIÓN DE PREGRADO.
-DESINTERÉS Y/O IMPOSIBILIDAD (DE TIEMPO Y ECONÓMICO) DE MANTENER EDUCACIÓN MÉDICA CONTINUA.
-INEXISTENCIA DEL CONTROL REAL Y EFECTIVO DE LA ACTIVIDAD PROFESIONAL: la certificación y/o recertificación profesional (se limita en la mayoría de los casos aun trámite de coste económico).
-PÉRDIDA DE LA CREDIBILIDAD DEL MÉDICO.
-CONFUSIÓN EN EL ROL SOCIAL QUE LE CORRESPONDE AL ESTADO, como a quienes les compete legislar, a la administración de justicia, al sistema de salud, al enfermo y al médico y a la sociedad en su conjunto.
-EL MERCANTILISMO (TANTO EN LA PRESTACIÓN DE SERVICIOS DE SALUD COMO EN LA EMISIÓN DE DICTÁMENES PERICIALES).
-LA REDUCCIÓN DE ESPACIOS, TIEMPOS E INSUMOS EN LA PRESTACIÓN DE SERVICIOS DE SALUD ESTATALES, que no cuentan en la mayoría de las veces con tiempo para darle una explicación clara y contundente al paciente.
-CONSTANTE PUBLICIDAD POR MEDIOS MASIVOS DE COMUNICACIÓN, que en su afán de informar a la población y en ocasiones por mero sensacionalismo, la mayoría de las veces confunden a la población y comprometen al médico o a la institución
El que la población otorgue certeza de valor a toda la información virtual a la que tienen acceso, exigiendo al médico que debe hacer o que no debe.
-NEGACIÓN O RETICENCIA DE LOS MÉDICOS POR ADECUARSE A LOS CAMBIOS ÉTICOS Y LEGALES.
-DESMESURADO INTERÉS POR PARTE DE NUMEROSOS ABOGADOS QUE piensan que se encuentran ante un caso que pueda generar ganancias, cuando tienen la mínima posibilidad de iniciar una demanda por responsabilidad médica.
-DESINTERÉS DE ABOGADOS POR ACUDIR A UN CORRECTO Y FUNDAMENTADO ANÁLISIS POR PROFESIONALES DE LA SALUD (PERITO médico legal) de los asuntos puestos a su consideración.
-EXISTENCIA DE MÉDICOS QUE, LAMENTABLEMENTE, ENTREGAN A ABOGADOS INFORMES O DICTÁMENES PLAGADOS DE ERRORES, carentes de fundamentación, seriedad, criterio, imparcialidad y objetividad científica.
-DESEQUILIBRIO PROCESAL, YA que es muy fácil iniciar una instancia principalmente penal por parte de un paciente y al ser derrotado en el proceso no asume ninguna carga procesal.
-EL ADVENIMIENTO DE LA “MEDICINA DEFENSIVA” que trae aparejadas consecuencias directas e indirectas.
-LA EXISTENCIA DE “IRREGULARES” EMPRESAS DE DEFENSA QUE SE HACEN LLAMAR “SEGUROS” SIN CONTAR CON LOS REQUISITOS LEGALES Y ECONÓMICOS para ello, que apoyan la judicialización de los asuntos esperando no ser condenados o, que el contratado, desista de sus servicios.
REFLEXIONES FINALES:
La Medicina no es una ciencia exacta y el médico trabaja entre la incertidumbre y el riesgo. A veces, para salvar una vida es necesario un tratamiento riesgoso.
“Aunque es humano errar, es inhumano no tratar de evitar fallas y peligros a aquellos que confían sus vidas en nuestras manos” M.Thorek, cirujano, 1880-1960.
En la industria del juicio por mala praxis médica, siempre habrá un sector que siempre gana: las empresas aseguradoras.
MALA PRAXIS: En la Argentina, es el país con mayor litigiosidad en Latinoamérica. El 20% de los médicos fue demandado. IX Congreso de Salud. 2012.
La Medicina defensiva no es efectiva para prevenir los errores médicos ni las lesiones evitables y además agrava las deficiencias propias del el sistema sanitario.
La judicialización de la salud es la nueva enfermedad del sistema sanitario. Su etiología es la conflictividad.