La Sociedad Binaria

La ideología va determinando la vida cotidiana de los individuos, invadiendo su espacio de confort, manifestándose en sus costumbres, sus gustos, y hasta en sus reflejos. Ciertas personas esbozan un “sentimiento ideológico” que está más basado en lo emocional que en lo racional instalando un sistema binario, especialmente a lo que atañe a la ideología.

Forman la base de la sociedad contemporánea, son adherencias múltiples entre los ciudadanos quienes mantienen a la sociedad en un estado coloidal. Así, los grandes temas sociales pueden ser interpretados con un prisma excesivamente personal, con lo que se se pierde de vista la regla antiquísima del bien común, que no necesariamente es igual a la ventaja individual.

Desde la irrupción de la tecnología en la comunicación, este rasgo social, la dualidad, se ha potenciado. Internet con sus redes sociales actúa como caja de resonancia, a tal punto que comentarios, opiniones y pareceres que antes se hacían para un auditorio reducido y cercano, sin pensarlo dos veces, caen al torrente público y masivo de las redes sociales. No se advierte que la mayoría de los lectores, independientemente que entienda o no cuál es su postura, sí tiene posturas tomadas previamente, que difícilmente las modifique. Muchas veces lo hacen desde posiciones absolutamente dogmáticas y muchas veces irracionales, motivando hacia los extremos el posicionamiento en temas específicos.

Este nuevo fenómeno comunicacional derivó que desde hace algunos años asistimos a una creciente de crispación social. Opiniones antagónicas e irreconciliables, debates nada dialécticos donde no se mueve nadie de las posiciones iniciales, descalificaciones personales y de grupo. Es cierto que es mucho más fácil caer en gracia con las opiniones y los discursos absolutos, pero no es menos cierto que esa demagogia individual es precisamente la que degrada la calidad global de la red que todos defendemos, su libertad de opinión y expresión y la humanidad de los individuos que la conforman.

Este sistema binario, muchos lo denominaron “grieta”, que paulatinamente se fue transformando de ideológica a sociológica. Con la tecnología comunicacional la grieta lejos de cerrase se acentúa cada vez más. Hay momentos de calma que pareciera pasar desapercibida, cuando se superponen temas banales o acuerdos generalizados. Pero la cuestión ideológica estalla cuando alguno de los actores potencia ese debate y se producen picos de altísima intensidad ¿Ideologización explícita?

Constituye un excelente caldo de cultivo para la industria de trolls. Al principio esa grieta ideológica dividía a personas de la misma clase social: parientes y amigos que dejaban de hablarse. Ahora la grieta divide a la gente por clase social ¿Grieta sociológica?

Es que ya no importa el tema, ni los argumentos, ni la cantidad de gente afectada. Lo que prevalece es el “pro” y el “contra”. Es difícil tener una posición que no sea sencillamente estar totalmente a favor o totalmente en contra de algo.

Sin proponérselo una persona es el producto final de todo un complejo sistema de ramificaciones, fruto de la toma de decisiones diarias, que se van consolidando, que termina dando protección y seguridad, como si fuera un exoesqueleto.

Si este proceso involucra a muchas personas se conforma un “exoesqueleto social”, una estructura ideológica que les brinda estabilidad y además seguridad al grupo, ya que protege a “unos” de la agresión de “los otros”. Abroquelados dentro de ese blindaje, en algunos lo emocional excede lo racional y se convierte en un sentimiento ideológico ¿Dogma?

Todavía se está a tiempo de aprender a usar la tecnología con responsabilidad, de acostumbrarse a pensar profundamente sobre los temas antes de opinar en un foro donde no se es capaz de medir las consecuencias en cada opinión.

Hay un camino para superar el binarismo social. No se trata meramente de tolerar las disidencias, sino de crear algo nuevo con ellas. Es decir, se trata de borrar los estrictos compartimentos binarios de las normas sociales de identificación, borrando las diferencias y crear una nueva unidad que sin ser homogénea, sea infinitamente múltiple y variada. Lo interesante es la pluralidad, la diversidad, los matices, las diferencias de opinión y el debate honesto, porque ese es el único espacio en el que, las personas honradas e inteligentes, serán capaces de cambiar de opinión si descubren que no tienen razón. La propuesta para salir del binarismo radica no sólo en el hecho de dar cuenta de una realidad, sino muy especialmente en la intención de proponer su superación.

Deja un comentario

Scroll al inicio