Los cambios en la salud de una sociedad guardan relación con las características biológicas y sociales de los individuos y de grupos humanos, la estructura social y económica, la cultura, los estilos de vida imperantes en la sociedad, los procesos demográficos y ecológicos como el tipo de sistema de salud vigente.
A fines del siglo XX, se observan vertiginosos e imprevistos cambios en la estructuras sociales, los procesos y relaciones entre individuos, las instituciones y los países. La causa se encuentra en factores condicionantes, como lo representan el hipertecnicismo y su consecuencia en los procesos políticos, sociales y económicos.
Se ingresa al nuevo siglo, con el estigma de la «globalización», la cual representa un «nuevo orden económico» que modifica los sistemas de producción y comercio, finalizando en un proceso de transnacionalización de la actividad económica. A este proceso lo acompaña un proceso de «globalización política» que posibilita la integración regional y subregional.
La globalización, con su ampliación de los mercados y la difusión de la tecnología posibilita que la producción aumente, mejorando el nivel de vida de las personas. No obstante, se ha comprobado que ocasionó inestabilidad y cambios indeseables e imprevistos, como lo fueron la desocupación, por la pérdida de puestos de trabajo,, inestabilidad financiera causada por el incremento de capitales especulativos y el aumento del daño medioambiental.
«La globalización está transformando muchos aspectos de la experiencia del hombre y los países pueden prosperar o fracasar según la eficacia con que aprovechen estas nuevas fuerzas y encaucen su energía. El mundo es cada vez más pequeño pero, al mismo tiempo, más complejo. Por ello, nunca antes había sido tan importante abordar el desarrollo con un criterio amplio y pragmático». Shahid Yusuf, Director del Informe sobre el Desarrollo Mundial. OMS.
En la Argentina, en las últimas décadas, el envejecimiento de la población, las transformaciones en los estilos de vida de los individuos, las familias, las comunidades y el trabajo, van conformando un nuevo perfil epidemiológico, terminando de modificar los indicadores de salud, como lo son la morbilidad y la mortalidad de la poblaciones.
Disminuyen o desaparecen las infecciones prevenibles por vacunación. Persisten, aparecen o reaparecen algunas de otras enfermedades infectocontagiosas. También existe un aumento de afecciones en el período perinatal, de las enfermedades crónicas y degenerativas, de las derivadas de la contaminación medioambiental y los problemas psicosociales causados en el nuevo contexto social, los cuales se manifiestan en los aumentos en las tasas de morbi-mortalidad por accidentes, hechos violentos, suicidios, consumo de estupefacientes, etc. Coexisten las enfermedades que generan el hiperconsumo de las clases privilegiadas y las que se producen por el aumento de los nuevos pobres.
La Organización Mundial de la Salud ha publicado un trabajo elaborado por un «grupo de expertos» en el cual se analizan las previsiones de cambios en el orden de las 10 principales enfermedades en el mundo desde 1990 al 2020.
El estudio enfoca los problemas de salud en términos de «carga de enfermedad», medida como años ajustados por el grados de discapacidad. Se constató en los años noventa, que las causas más prevalentes, la determinaron las infecciones respiratorias, enfermedades diarreicas, perinatales y depresión. La proyección indica que para el año 2020, estas posiciones estarán ocupadas por las cardiopatías isquémicas, la depresión, los accidentes de tránsito y la enfermedad cerebrovascular. Esta predicción advierte que se avecinan nuevos cambios en el perfil epidemiológico, con alta prevalencia de discapacidades que resultarían del aumento en la expectativa de vida al nacer, como también de las características del ambiente sociooeconómico y cultural, expresado en los cambios en estilo de vida. Sólo con una medicina preventiva, anticipatoria a los eventos, es posible conseguir ambientes más saludables y cambios en la manera de vivir y envejecer.
Esta consideración nos lleva a la certeza que el bienestar o la excelencia en salud, no podrá conseguirse en el futura con la medicina, sino que va ser necesario avanzar no sólo en las ciencias de salud, sino en otras áreas tales como educación, trabajo, seguridad y justicia. «La salud es tan importante, que no se debe dejar solamente en manos de los médicos».
En ese contexto la medicina del futuro, tendrá que reunir los siguientes requisitos:
• Ser cada vez MAS ANTICIPATORIA, actuando en poblaciones sanas y sobre factores protectores y de riesgo, creando ambientes más saludables en la familia y la comunidad, promoviendo el autocuidado, los estilos de vida saludables y el mejoramiento de los ambientes donde se vive, trabaja o de recreación.
• Mayor énfasis en la incorporación tecnológica basada en la evidencia científica, con acortamiento de los tiempos entre la generación de tecnología y su utilización.
• Multiplicación de los nuevos modelos de gestión de los servicios de salud:
a) Atención ambulatoria
b) Atención domiciliaria y preoperatoria
c) Hospitalización abreviada
d) Cirugía ambulatoria y de corto giro-cama
e) Unidades móviles para la atención ambulatoria
• Activa participación del individuo y la familia en las decisiones sobre su salud y de la comunidad.
• Desarrollo de sistemas informáticos que contribuyen a mejorar la calidad de los servicios y garantizan la continuidad del cuidado y la diseminación del conocimiento.
• Conformación de equipos multiprofesionales e interedisciplinarios que trabajen sectorial e intersectorialmente.
BIBLIOGRAFÍA: «Organización Panamericana de la Salud. Fortaleciendo la Salud Pública en las Américas. 1999.
Organización Mundial de la Salud. Cambios de orden de las 10 principales enfermedades en el mundo. 1990-2020.